En el exclusivo barrio de Mayfair de Londres, la lujosa casa de la madrastra de Lady Di fue subastada por 12,4 millones de euros el año pasado (y eso que las residencias de lujo en el mismo barrio han experimentado una caída del 15,1% de forma consecutiva en los últimos 30 años). Sin embargo, esta vivienda no ha sido la primera pertenencia vinculada a Diana de Gales que sigue saltando a los titulares: aquel vestido color púrpura aterciopelado del diseñador Victor Edelstein se subastó a inicios de 2023 (se estimó que alcanzaría un precio de 120.000 dólares, pero la cifra superó el medio millón), su herencia (con la que Harry ha confesado estar saliendo adelante), la joya más especial de su joyero (que obsesionó años más tarde a Kim Kardashian) y hasta una foto en topless (valorada en millones de euros) que la revista Hola! compró a un paparazzi y nunca se publicó, entre otras.
En 1997, durante la histórica venta benéfica organizada por Diana en colaboración con Christie’s, Lady Di se despidió de 79 vestidos justo antes de su muerte. Aquel evento marcó un antes y un después, no solo por su éxito recaudatorio que llegó a la suma de 3,3 millones de dólares para organizaciones contra el cáncer y el sida, sino por ser un hito de la vida de la princesa: la subasta en la que Lady Di dejó atrás casi 80 de sus vestidos representó un momento en que cerró un capítulo de su vida y se mostró al mundo por primera vez como mujer divorciada, madre y filántropa.
Aquella noche, el famoso ‘vestido de Travolta’ –sí, el mismo que llevó al bailar con el actor en la Casa Blanca–, se vendió por 222.500 dólares. Hoy pertenece a Historic Royal Palaces y está expuesto en el Palacio de Kensington. También se subastó su revenge dress (vestido de la venganza), diseñado por Christina Stambolian, por 74.000 dólares, que usó la noche en que el príncipe Carlos admitía su infidelidad en televisión. Desde entonces, apenas ha sido exhibido. Y es que, todo lo que rodea a Lady Di sigue generando dinero.
El fenómeno de las ‘Industrias Diana’
Recientemente hablamos del libro Dianaworld de Edward White, quien estudió el fenómeno de las ‘Industrias Diana‘, un ecosistema emocional, mediático y comercial que no para de crecer. ¿Por qué nos interesa tanto su nombre casi 30 años después de su muerte?
Según White, Diana fue una de las primeras figuras públicas en recibir cobertura mediática constante y global, mucho antes de que existieran las redes sociales. Ella ya era toda una influencer: su vida, documentada en miles de fotos, vídeos y entrevistas, dejó un archivo enorme que sigue alimentando libros, películas, exposiciones y subastas. Además, rompió con el protocolo de la realeza británica (uno de los más restrictivos de todas las casas reales) y se mostró como una mujer cercana, vulnerable y moderna. Ella abrazaba a pacientes con VIH, caminaba entre minas antipersona y rompía silencios que la monarquía prefería mantener. Y lo hacía llevando vestidos que muchas veces eran criticados… hasta que cambió la conversación.
Esta mezcla de tragedia (por su comentada muerte en un accidente de tráfico a la edad de 36 años), elegancia y humanidad ha hecho que, décadas después de su muerte, Lady Di siga vendiendo: desde sudaderas hasta vestidos de gala por cientos de miles de euros. Ella sigue facturando.
Para las fans con buenos ahorros
El próximo 25 de junio, en el lujoso hotel The Peninsula de Beverly Hills, se subastarán más de 200 prendas de Diana de Gales. Pero no, no estamos hablando simplemente de moda. se subasta es el legado de una mujer que jamás morirá en la memoria. Algunas de sus piezas más icónicas vuelven al escenario en esta subasta histórica organizada por Julien’s Auctions.
Cada prenda de su armario cuenta una historia que va mucho más allá del glamour. Lady Di no fue solo la mujer más fotografiada del siglo XX, fue también la más observada, analizada y juzgada. Y a pesar de ello, (o precisamente por ello) supo dominar el lenguaje del estilo para decir lo que otras royals nunca dijeron.
¿Quién se llevará la joya de la corona?
El armario de la princesa incluye un poco de todo: desde los trajes de volantes que la ocultaban en su rol de ‘princesa inocente’, hasta los vestidos asimétricos y seguros con los que se presentó al mundo como mujer autónoma. Entre las piezas más destacadas de esta colección, llamada Princess Diana’s Style & A Royal Collection, se encuentra el mítico mono de esquí rojo con el que fue fotografiada en Austria, Suiza y Klosters durante sus vacaciones familiares en los años 80 y 90. También estará el delicadísimo caring dress, un vestido floral de seda que usó en visitas hospitalarias y que se convirtió en símbolo de cercanía y empatía.
Diseños de Catherine Walker, Bruce Oldfield, Gianni Versace y Jacques Azagury —modistos que acompañaron su evolución estilística— también forman parte de la subasta.
Pero ya sabemos en qué estáis pensando. Todas morimos por el vestido de noche de Catherine Walker confeccionado en 1986 para la gira real de Diana por Arabia Saudí. Esta pieza podría ser de las más caras.
¿Cuánto puede llegar a costar un vestido como este? La estimación de los vestidos rondará entre los 100.000 y 300.000 dólares. Pero cuando se trata de Lady Di, esos números se quedan cortos. Diana no fue solo una princesa, fue una mujer adelantada a su tiempo. Y su estilo, su voz y su rebeldía siguen escribiendo historia.